El barszcz rojo tiene en la cocina polaca una larga tradición que se- remonta a los tiempos paganos. La población rural que vivía sobre el terreno de la actual Polonia completaba sus modestas cosechas con los productos de los bosques y las praderas. Sin duda se llamaba barszcz a una sopa agria hecha de una planta silvestre de sabor ácido.
Esta planta todavía hoy se denomina en algunos dialectos con el nombre de barszcz. Con el paso de los siglos se sustituyó esta planta silvestre por otra cultivada, y así, actualmente el barszcz polaco se prepara con la remolacha roja.
Primeramente se preparaba con el jugo fermentado de la remolacha, pero hoy se reemplaza por jugo de limón o vinagre. En la cocina polaca encontramos tanto el barszcz rojo solo como también el mezclado con crema fresca espesa. El barszcz rojo se sirve con un tipo de ravioles (uszka) rellenos de carne, mientras que el barszcz con ravioles rellenos de hongos es un plato tradicional de la Nochebuena.
La botwinka es otra variedad de barszcz con crema hecha a base de remolachas jóvenes cocidas junto con sus hojas y tallos, cortado todo ello en pequeños trozos. Desgraciadamente esta sopa tan deliciosa y sana sólo se puede degustar a principios del verano. El zur o zurek, llamado en algunas regiones de Polonia barszcz blanco, es una sopa preparada en base de harina de centeno fermentada.
En los restaurantes polacos generalmente se sirve con distintos embutidos, pero el típico zurek polaco se sirve con salchicha blanca. El chlodnik es una sopa particularmente deliciosa que se sirve fría. Se prepara con leche agria, crema fresca espesa, remolachas jóvenes y otras verduras frescas (pepinos, rabanitos, cebollas jóvenes, etc.) y un buen puñado de eneldo bien picado. Los cangrejos, o en su defecto, pequeños trozos de carne de ternera cocidos, son una guarnición clásica de esta sopa. El chlodnik, como el gazpacho español o el okroshka ruso, debe servirse frío, por lo que constituye un plato ideal para los cálidos días del verano. Otras sopas polacas tradicionales tienen igualmente un sabor agrio, y sobre todo la llamada ogórkowa, hecha de pepinos fermentados, el kapusniak, a base de repollo fermentado, y la szczawiowa, preparada con hojas de acedera cultivada.
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