Jugadores polacos en el Real Madrid
El guardameta Jerzy Dudek será el tercer futbolista polaco en la historia del Real Madrid. Anteriormente, su compatriota W. Rockisky, se convirtió en el primer jugador que se enroló en las filas madridistas. Sería el francés Raymond Kopa, de ascendencia polaca, quien triunfó en aquel equipo del Real Madrid que maravilló al mundo a finales de la década de los años cincuenta.
Hay que remontarse a los inicios de la segunda década del siglo XX para encontrar el primer jugador de Polonia que actuó en las filas del Real Madrid. Se trata de W. Rozitsky, que alternaba el puesto de medio ala con el de extremo derecha. Llegó a la entidad madridista procedente del Barcelona, en el que estuvo dos temporadas (1911-1913). Tras despedirse del club azulgrana fichó por el Madrid, en el que también estuvo dos campañas (1913-1915).
Su participación en aquel equipo que jugaba los partidos en el campo de O`Donnell fue escasa, ya que sólo se vistió de blanco en cuatro partidos del Campeonato Regional. Su apellido aparecía con distintas grafías: como Rozitsky en Barcelona y como Rockisky en Madrid.
Kopa, de origen polaco
Sin embargo, sería otro futbolista de ascendencia polaca, Raymond Kopa, el que si grabó su apellido con letras de oro en la historia del Real Madrid. El “Napoleón” del exquisito regate formó parte de aquella mítica delantera que los amantes al fútbol se saben de memoria: Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento. Raymond Kopaszewski nació en Noeux-Les Mines (13-10-31), una pequeña villa minera del norte de Francia. Justo detrás de su casa se encontraba el terreno de juego del equipo del pueblo, en el que ingresó a los diez años de edad. Tras finalizar sus estudios primarios entró a trabajar en una mina de cartón, donde también lo hizo su padre. En las filas del US Noeux-Les Mines estuvo hasta 1949, año en el que se fue al SCO de Angers. Allí se consagró plenamente y el Stade de Reims le ficho en 1951. Tras cinco años en el equipo francés fue contratado por el Real Madrid días antes de la primera final de la Copa de Europa, en la que Kopa se enfrentó al equipo blanco con el uniforme del Stade de Reims.
El saludo de dos cracks, Kopa y Di Stéfano
La presentación del jugador de ascendencia polaca a los que serían sus nuevos compañeros se hizo en los mismos vestuarios del Parque de los Príncipes, de París, donde el equipo blanco conquistó su primer título europeo en 1956. Raimundo Saporta, que dominaba la lengua francesa, era el cicerone de Kopa y el que iba presentando a los jugadores madridistas.
Llegó el momento del saludo entre el delantero galo y “La saeta rubia”. “Hola, Di Stéfano, ¿cómo estás?, le preguntó. Di Stéfano ni se inmutó. Estaba atándose las botas y continuó de esa manera. Esa respuesta, como luego reconoció el francés, le entristeció. Poco después, ya en el calentamiento, Di Stéfano se acercó y, cortésmente, cumplió el trámite: “Saludos, Kopa”. Ese frío recibimiento murió en aquel instante.
“Kopa, para ti”
Posteriormente, cuando el Madrid sufría apuros, Di Stéfano le llamaba y le cedía el balón: “Kopa, para ti”. El galo se iba al último rincón del campo y tapaba la pelota hasta que amainaba el temporal. Siendo ya jugador del Real Madrid hubo una nueva polémica con Di Stéfano. Uno de los dos tenía que ocupar el eje de la delantera y el otro pasaría a jugar en la demarcación de interior. “La verdad –según reconoció Di Stéfano- es que la idea de Bernabéu cuando le trajo era que él jugara de delantero centro y yo de interior o de extremo derecho. Probamos en los entrenamientos, pero salió todo torcido. A mí me daba lo mismo, porque iba al centro igual”. Di Stéfano siguió en el centro del ataque y Kopa pasaba a ser el nuevo extremo derecha, aunque también lo hiciera de interior.
Rechazó la renovación
Así estuvo tres años en el Real Madrid, con su virtuoso regate en corto y su inteligencia futbolística. Si a esto se suma sus dotes para poder jugar en distintas posiciones siempre ofensivas, Kopa otorgaba al equipo una capacidad goleadora impresionante.
En 1959, tras rechazar la renovación que le ofrecía Bernabéu de cinco años y el doble de ficha, “El fransuá”, como le conocían sus compañeros, dejó el Club y regresó al Stade de Reims, en el que después de seis temporadas en Primera División y dos en Segunda decidió retirarse definitivamente del fútbol. Preguntado poco después por su marcha de la entidad madridista, Kopa respondió: “Los negocios que poseía me reclamaban. Además, mi mujer no se acostumbró a la vida española”.
En los tres años que estuvo en el Madrid jugó 130 partidos oficiales, marcó 30 goles y consiguió dos títulos de Liga, tres Copas de Europa y una Copa Latina. Un hombre, de origen polaco, que formó parte del mejor equipo blanco del siglo XX.
RealMadrid.com
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