Vivió feliz; murió en paz
Alejandro Ripstein, nieto de Alfredo Ripstein, dijo que éste falleció mientras celebraba su 65 aniversario de bodas. La comunidad cinematográfica de México se encuentra de luto por el fallecimiento de Alfredo Ripstein, quien falleció de un paro cardiaco a la edad de 90 años. Rodeado de familia y amigos más cercanos de la comunidad judía, fue sepultado el legendario productor de cine, que llegó a México a la edad de cinco años procedente de Polonia, junto con su familia. “Le sobrevino la muerte cuando festejaba su aniversario matrimonial número 65, en su residencia de Polanco. De inmediato fue atendido por su médico, quien se encontraba entre los invitados, pero ya no se pudo hacer nada”, declaró su nieto Alejandro Ripstein.
Indicó que el cineasta disfrutó la vida a su manera.
“Fue muy hermosa. Era una vida que cualquier persona envidiaría. Se fue en paz y eso para nosotros es muy reconfortante”, agregó. El encargado del panteón Israelita en la Ciudad de México, declaró que la ceremonia judía fue privada.
“Los judíos no velan, ni rezan. Sus ritos son muy sobrios, sólo se reúne la familia y algunos amigos íntimos como fue en este caso. En lo personal, yo no reconocí a ningún actor entre el grupo de personas que llegó a despedir el cuerpo”, expresó el empleado, quien prefirió omitir su nombre.
“El entierro fue antes del mediodía. Repito, no hubo velación y el cuerpo fue enterrado en menos de dos horas”, comentó. “En estos ritos no se admiten personas ajenas a la comunidad judía”.
Alfredo Ripstein, padre del director Arturo Ripstein, fue un conocido productor que escribió su propia historia en el argot del cine mexicano al lado de legendarios actores como María Félix, Pedro Infante, Sara García, Joaquín Pardavé, Marga López, Ana Martin y Xavier López, Chabelo, por mencionar algunos.
Entre sus últimos trabajos se encuentran El evangelio de las maravillas, El callejón de los milagros, Principio y fin y El crimen del padre Amaro, ésta última obtuvo el Ariel de Oro y una nominación al Oscar.
Estas cintas además respaldaron las carreras de Salma Hayek, Gael García Bernal, Bruno Bichir, Angélica Aragón y Patricia Reyes Spíndola, entre otros. Su pasión por el cine la compartió con sus estudios universitarios de contador público, aunque inició su carrera como gerente de producción y productor ejecutivo.
Al fundar su propia compañía, Alameda Films S.A., pudo trabajar con productores como Alejandro Galindo, Alfredo B. Crevenna, Chano Urueta, Fernando Méndez, Miguel M. Delgado, Rogelio A. González, Alberto Isaac, Jorge Fons, Carlos Carrera y su hijo Arturo Ripstein.
En Guadalajara fue homenajeado por sus 60 años dentro del cine y presentó el libro Alfredo Ripstein, productor, que escribió el crítico y guionista Tomás Pérez Turrent (fallecido en diciembre pasado). Le sobreviven su esposa, Patricia, y sus hijos Arturo, director de cine; Paty y Silvia, ésta última dedicada a la actuación bajo el nombre de Daniela Rosen, quien ahora está retirada del ambiente artístico y vive en la Ciudad de México.
Impacta su muerte
Con la desaparición de Alfredo Ripstein, México se queda sin uno de los más importantes productores de cine, que, con más de 120 cintas, no sólo impulsó al cine mexicano desde la época de oro, sino que lo engrandeció hasta el presente llegando sus filmes a dar nominaciones a México como para el Oscar (El crimen del Padre Amaro) y el Goya de España (El callejón de los milagros).
Jacqueline Andere (Picardía mexicana)
“Me da mucha pena la muerte de Alfredo Ripstein porque era un hombre muy talentoso e inteligente; me dice que murió de un paro al corazón, qué le puedo decir, que mi más sentido pésame a la familia porque en el medio artístico se nos va otra gente con mucho talento y amor por nuestra cinematografía”.
Juan Ferrara (Corona de lágrimas)
“Me acabo de enterar, él me dio una importante oportunidad en el cine mexicano en Corona de lágrimas, y soy muy amigo de su hijo, el director Arturo. Se nos fue un gran hombre de cine en México. Él me invitó a participar en El crimen del padre Amaro, pero no lo puede hacer porque estaba en temporada teatral con mi madre en Los árboles mueren de pie. Le guardo mucho cariño y respeto, y como no soy un hombre de anécdotas, reconozco que fue dedicado y riguroso, pero siempre con la broma a su lado. Se nos fue el productor más importante de México y el padre de unos de los directores de cine mexicano más importantes también”.
Raúl Ramírez (Una mujer de la calle)
“Lo lamento mucho, yo trabajé en varias películas con él, qué pena. Lo conocí muy bien porque él quiso que yo fuera actor exclusivo, por lo que lo traté mucho. Antes los productores daban exclusivas, qué pena que no me enteré de la noticia. Era una persona con gran educación, muy correcto, muy alegre y muy simpático. Es más, recuerdo que la producción de ‘Una mujer de la calle’ me valió estar en una terna del Ariel, que no gané. Mando a su hijo Arturo mi más sentido pésame y a toda la familia”.
Martha Roth (Una gringuita en México y Rosario)
“Ay, qué barbaridad, lo siento muchísimo. Yo llegué a trabajar en mis inicios con él, siento muchísimo su desaparición, yo hice con él Rosario (1971) y recuerdo la primera, si es que no me equivoco, Una gringuita en México (1951) y, aunque no recuerdo una anécdota, como productor siempre lo voy a considerar como uno muy bueno, de los mejores en la producción, tanto por su amabilidad como por su finura. Mi más sentido pésame para su familia”.
Fernando Luján (La edad de la tentación, Jóvenes y bellas y Vacaciones en Acapulco). “Qué barbaridad, apenas me acabo de enterar, ¿por qué no se ha dicho nada? Es una persona a la que le tengo mucho cariño porque cuando chavo trabajé en varias producciones de él muy importantes, y aunque ya estaba grande, era un hombre muy agradable, linda persona. En ese tiempo los productores eran gente importante, aunque yo nunca quise ser exclusivo, pero recuerdo que él tenía a Gastón Santos y Alfonso Mejía en su productora. Yo soy contemporáneo de su hijo Arturo, con quien he hecho películas, y lo siento mucho y mi pésame para él y toda su familia”.
Nació para el cine
Nació el 10 de diciembre de 1916, en Parral, Chihuahua. Fue hijo de un comerciante de origen polaco y llegó a la Ciudad de México a los cinco años. Estudió para contador público y, en calidad de tal, a fines de los años treinta comenzó a trabajar en la Financiera Industrial Cinematográfica de Simon Wishnack.
Después pasó a la productora Filmex (creada en 1939 por el mismo Wishnack), en la que a partir de 1942 inició su carrera como gerente de producción y productor ejecutivo.
Ocho años y casi 50 filmes después, decidió independizarse y fundar su propia compañía, Alameda Films S.A. Su última película, El crimen del padre Amaro, fue nominada al Oscar como Mejor Película en Lengua Extranjera.
Público, Guadalajara
22.01.2007
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