Entre carros, los menonitas en la urbe
Cada vez, a los menonitas, una comunidad de exiliados polacos que se instalaron en México en el siglo XX, se les observa en los cruceros del DF
En la capital mexicana cada vez se observan comunidades extranjeras que participan en la vida cotidiana y económica de la ciudad, así como enriquecen los contrastes y paisajes urbanos.
Este es el caso de los menonitas, una comunidad de exiliados polacos que se instalaron en el norte del país a principios del siglo XX; ahora, en la Ciudad de México se les observa en cruces de avenidas importantes, como Eje Central, para ofrecer sus productos como quesos y galletas.

Susana y Oti

Juan Thiessen pertenece a un grupo de menonitas que está rompiendo con el rigor
de sus antecesores.

Desde hace algunos meses también venden quesos y galletas de miel en Eje Central,
mismo crucero donde Juan trabaja.

Susana, la mayor habla muy poco español y Oti apenas lo entiende.

En México, los menonitas están considerados como una minoría étnica no indígena
en el país.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía no ha publicado un censo de dicha población, por lo que no existen registros gubernamentales que contabilicen su presencia; sin embargo, en las colonias se lleva el conteo.

Oti y Susana utilizan celular, una necesidad creada que no pudieron evitar y es que todo tipo
de tecnología para la comunidad menonita está prohibida.

Sus tradiciones han perdurado cientos de años. No ha cambiado mucho su fisonomía ni su
forma de vestir. Ellos mismos confeccionan su vestimenta.

En el caso del DF la distribución que realizan de sus productos es de manera personal, venden en los cruceros.
Los menonitas de Chihuahua, lugar donde se dio el primer asentamiento en nuestro país, lo hacen en gran escala, además no sólo comercian lácteos, también frutas y legumbres.
Al salir de su comunidad hace ocho años, Juan comenzó a vender sus productos en la ciudad de Zacatecas y en pueblos cercanos a ese estado, sin embargo con el incremento de la inseguridad en esa zona por el narcotráfico, decidió comercializar en el DF, lo que le implica 12 horas de trayecto, desde hace cinco años, pero para él no es un problema.

La venta no es siempre buena; los días que no son quincena, si vende un queso
y un par de galletas es ganancia.

Hasta este momento se calcula que son 50 mil menonitas que habitan en el país.
Su presencia en el Distrito Federal, la cual es poca aún, se empieza a notar.
Sharenii Guzmán Roque
El Universal, México
15.04.2011
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