Comienzan a instalar en cementerio Tallin la estatua del soldado soviético

Las obras para instalar el controvertido monumento al Combatiente Libertador soviético, cuya retirada del centro de Tallin ha provocado desordenes y las protestas de Rusia, han comenzado en el Cementerio Militar de la capital estonia.

El ministerio de Defensa del país báltico anunció que en el curso de la jornada de hoy será colocada la figura del llamado Soldado de Bronce, y más tarde se instalarán el muro a sus espaldas y otros elementos, según informa desde Tallin la agencia rusa Interfax.

El titular estonio de Defensa, Jaak Aaviksoo, aseguró que el monumento será instalado en el nuevo lugar antes del 9 de mayo, fiesta oficial en Rusia como aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Aaviksoo adelantó que la apertura oficial del monumento en el Cementerio Militar tendrá lugar el 8 de mayo, cuando Europa celebra el fin de la contienda mundial, con participación de altos cargos estonios y representantes de países de la coalición antihitleriana.

El ministro recordó que ese monumento, además de recordar a los soldados caídos en la lucha contra el fascismo, también simboliza para los estonios el medio siglo de ocupación soviética acompañada de 'crímenes contra la humanidad comparables con los de los nazis'.

Aaviksoo informó también de que los restos de varios soldados soviéticos, enterrados bajo el monumento desmontado, aún no han sido encontrados y opinó que los trabajos para exhumarlos y trasladarlos asimismo al Cementerio Militar terminarán en un plazo de tres días.

La noche del jueves las autoridades estonias desmontaron la estatua al Combatiente Libertador, erigida durante la ocupación soviética de Estonia en homenaje a los soldados del Ejército de la URSS caídos en el país báltico durante la Segunda Guerra Mundial.

El monumento de la discordia se encontraba en la céntrica ladera de Tinismiagui, donde yacen los restos de al menos trece militares soviéticos muertos en territorio estonio en combates contra las tropas nazis en septiembre de 1944.

La mayoría de la población autóctona estonia (67,9 por ciento) apoya el desmantelamiento del monumento, que para ella simboliza la ocupación del país por el Ejército soviético, tesis que rechazan los habitantes de origen eslavo, que constituyen el 31,2 por ciento de población.

El Gobierno ruso calificó de 'sacrílego e inhumano' el desmontaje del monumento en Tallin y amenazó con sanciones económicas al vecino país báltico, mientras el Senado instó al presidente ruso, Vladímir Putin, a romper las relaciones diplomáticas con Estonia.

Las dos noches posteriores a la retirada del monumento en Tallin se produjeron violentos disturbios protagonizados por centenares de jóvenes de origen ruso, en los que murió una persona por herida de arma blanca.

Tras enfrentarse a las fuerzas antidisturbios, la multitud enfurecida rompió cristales, saqueó tiendas y volcó coches causando numerosos daños en el centro de la ciudad, además de protagonizar varias peleas con grupos nacionalistas estonios.

EFE, 30.04.2007


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