Rehabilitan al zar Nicolás II
El Tribunal Supremo ruso ha rehabilitado al último zar, Nicolás II, asesinado por revolucionarios bolcheviques hace 90 años.
Según el tribunal, tanto él como su esposa y cinco hijos fueron víctimas de la represión política y por tanto deben de ser rehabilitados.
Todo dependía de tecnicismos legales. Antes se argumentaba que, como los Romanov no habían sido acusados formalmente de ningún crimen, no se les podía rehabilitar.
La decisión es simbólica ya que los descendientes de los Romanov apenas podrán reclamar daños. Sin embargo, el dictamen fue saludado por los monárquicos.
Pero supone la culminación de una larga campaña para que la muerte de la familia real rusa sea considerada ilegal al igual que se ha hecho con millones de víctimas de la represión soviética.
El Supremo tomó esta decisión después de que, el año pasado, un panel del mismo tribunal rechazara rehabilitarle.
Ópera
Como lo indica el corresponsal de la BBC en Moscú, James Rodgers, desde la Revolución en Rusia se ha visto al último zar como un tirano y como un santo.
Los Romanov fueron canonizados en 1981 por la Iglesia Ortodoxa Rusa fuera de Rusia. El Sínodo ortodoxo ruso los reconoció como santos en agosto de 2000.
Los restos de la familia imperial reposan en la Catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo desde 1998.
Todo un cambio considerando que la dinastía era detestada por el gobierno soviético.
Fueron fusilados el 17 de julio de 1918 en la ciudad de Ekaterinburgo en los Urales ante el avance de las tropas anti-revolucionarias.
En la medianoche el zar, su familia, tres sirvientes cercanos, un médico leal e incluso el perro del zarévich fueron llevados al sótano de la casa donde estaban detenidos con la excusa que les iban a tomar una fotografía, sin sospechar que iban a ser asesinados.
Irónicamente, la decisión del Supremo coincide con el estreno de una ópera en Moscú sobre el detestado asesor del zar, Grigori Rasputín.
Los rusos podrán revivir en el Teatro Helikon la historia de la dinastía Romanov, a través de una obra del compositor estadounidense Jay Reise que se anuncia llena de sexo y violencia.
En ella el zar Nicolás II aparece como un gobernante débil e incompetente.
BBC, Londres
10.01.2008
|