Yo soy del 30 y desde el 30 soy una parte de Polonia en Buenos Aires...

Autoridades del Ognisko Polskie

El 18 de octubre de 1930, la comunidad polaca en la Argentina decidió crear un centro social que aglutinara y cobijara a sus compatriotas. Lo bautizaron con un nombre muy familiar en el idioma polaco, “Ognisko Polskie” que de alguna manera podemos traducir como el “Fogón Polaco”, el “Hogar Polaco”, es decir, aquel lugar en el que sentimos el calor de la casa familiar aunque estemos muy lejos de nuestros paisajes de infancia...

Los inicios fueron muy difíciles, recordemos que el Ognisko es del 30, un tiempo que mereció un tango inolvidable de Troilo y Menéndez que en las voces de Edmundo Rivero o de Tita Merello nos dice: Yo soy del 30, yo soy del 30,/cuando a Yrigoyen lo embadurnaron./Yo soy del 30, yo soy del 30,/cuando a Carlitos se lo llevaron./Cuando a Corrientes me la ensancharon,/cuando la vida me hizo sentir./Yo soy del tiempo que me enseñaron/las madrugadas lo que es sufrir./Y desde entonces tuve de amigos/a Homero Manzi y Discepolín./ Y así he vivido sin claudicar,/a veces bien, a veces mal.

Ognisko siguió y siguió, y hoy podemos celebrar sus esfuerzos y sus logros. Indudablemente todo el trabajo realizado por los hombres y mujeres de siete décadas es honrado con más trabajo y más esfuerzo. De este homenaje se sentirían muy felices el entonces Delegado de la República de Polonia, el Ministro Wladyslaw Mazurkiewicz, quien colocó los primeros ladrillos del edificio que hoy alberga a la sede de Ognisko; también lo estarían los padres Wadyslaw Zakrzewski y Aleksander Michalik, quienes brindaron su apoyo material y moral.

Otro sacerdote es socio honorario y protector del Ognisko Polskie, el párroco, el queridísimo padre Javier Solecki SVD, quien cumplió sus 50 años de sacerdocio. Tuvimos la suerte de que nada más ni nada menos que 46 años los haya pasado en la Misión Católica en la Argentina. Durante la fiesta, el padre Javier tuvo unas palabras de agradecimeinto muy especiales para el Dr. Araya y su esposa, quienes siempre ayudaron a la colectividad polaca.

Los diferentes presidentes de Ognisko junto a muchísimos colaboradores han buscado, con éxito, seguir el camino trazado por sus fundadores y por el primer presidente de Ognisko, José Janicki. Debemos decir que los seguidores de estas primeras personas, que tanto han soñado en esos años difíciles para Buenos Aires y para el mundo, hoy mantienen muy en alto el estandarte de Ognisko con la imagen de la Virgen de Czestochowa y la antorcha que los fundadores han encendido hace 77 años.

Ognisko siempre estuvo presente cuando Polonia necesitó su ayuda, así se tratara de reunir fondos para ayudar a las vícitmas de la II Guerra Mundial o de enviar voluntarios. También fue un refugio para los combatientes quienes a su llegada a Buenos Aires encontraron un lugar apacible donde reunirse. Esta nueva inmigración se reunió aquí hasta que pudo tener su propia casa.

La señora Ela Niewiadomska le hizo dar los primeros pasos al Nasz Balet en el escenario del Ognisko. Y hoy el Nasz Balet vuelve a ensayar aquí ya que la sede de la Unión de los Polacos comienza su remodelación.

Y así podríamos seguir hablando de todo cuanto hacen día a día, sin olvidar que son las señoras del Círculo de Damas de María Sklodowska Curie quienes se encanrgan del cuidado del monunmento a Juan Pablo II que está emplazado en los jardines de la Biblioteca Nacional.

¿Usted alguna vez se miró en el espejo del Ognisko Polskie? Dicen que todos los polacos que han pasado por Buenos Aires alguna vez lo han hecho. Y que si no se vieron reflejados en él es porque no son polacos...

Lic. Claudia Stefanetti Kojrowicz
Glos Polski, octubre 2007


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