80 años de éxito, la máquina Enigma
Hace ochenta años, unos jóvenes matemáticos polacos realizaron lo que sus contemporáneos juzgaban imposible. ¿Es posible que su esfuerzo sea eternizado en un museo especial?
Marian Rejewski, un criptólogo de 27 años empleado en la Oficina de Cifrado del ejército polaco, podía considerar el diciembre de 1922 como uno de los mejores períodos de su vida. Junto con sus colaboradores - Jerzy Różycki y Henryk Zygalski - consiguieron descifrar el primer mensaje proveniente de la Enigma, la mejor máquina de cifrado en aquella época. Un año antes, el servicio secreto francés entregó a Polonia los esquemas funcionales del dispositivo por considerar que eran de poca importancia. El trabajo intenso y los errores cometidos por los alemanes permitieron descubrir el algoritmo de cifrado y, poco a poco, leer los mensajes secretos.

La máquina “Enigma”, concebida por los ingenieros alemanes, entró en uso militar en los años 20 del siglo XX. La más alta seguridad en la transferencia de los mensajes se debió al denominado cifrado polialfabético: gracias a la combinación matemática, cada letra del alfabeto podía ser representada en forma de cualquier número. Dicha solución excluía el uso del análisis lingüístico, empleado hasta entonces para descifrar los mensajes. Por lo tanto, durante largo tiempo el código de la Enigma se consideraba inviolable. Sin embargo, en la República de Polonia apenas renacida tras la Primera Guerra Mundial en los antiguos terrenos de la ocupación alemana, se trataba con extrema desconfianza toda aspiración de Berlín de recuperar la fuerza. En esta situación, el descifrado del código alemán se convirtió en una prioridad.

En enero de 1929, se inauguró en Poznań una formación especial de criptografía para los matemáticos. La elección del lugar no fue casual: en la región de Gran Polonia, que sólo unos pocos años antes fue parte de Alemania, había muchas personas que hablaban alemán. Los mejores participantes: Rejewski, Różycki y Zygalski consiguieron un empleo en las fuerzas armadas, en el centro especial de descifrado inaugurado en Pyry cerca de Varsovia. Antes del 1938, los descifradores eran capaces de leer casi 75 % de los mensajes cifrados por medio de la Enigma. Pero entonces, los alemanes perfeccionaron sus métodos de cifrado y el estallido de la guerra impidió la continuación del trabajo.
Sin embargo, el esfuerzo de los criptólogos polacos no fue en vano. En julio de 1939, el servicio secreto polaco entregó sus materiales a Francia y al Reino Unido. Los Aliados obtuvieron copias operacionales de la máquina, así como la descripción de los métodos empleados, lo que permitió continuar el trabajo en el centro de criptografía de Bletchley Park. Al final de la guerra, a pesar de las constantes mejoras que iban introduciendo los alemanes, el equipo dirigido por Alan Turing pudo descifrar cada mensaje durante no más de dos días.
Hasta la actualidad, en Occidente muy a menudo se considera que fueron sólo los británicos quienes descifraron el código alemán. Una de las primeras personas que intentó derribar este estereotipo fue el Duque de York, el Príncipe Andrés que, durante su visita a Polonia en el año 2000, entregó un ejemplar del dispositivo al Museo del Ejército Polaco. Hoy en día, los ejemplares sobrevivientes también se encuentran en el Museo de Tecnología en Varsovia, en el Museo del Ejército en Białystok, en el Museo de las Fuerzas Armadas Polacas en Kołobrzeg y en el Instituto Sikorski de Londres.
La ciudad de Poznań no se ha olvidado la contribución polaca al descifrado de la Enigma. Delante del Castillo Imperial, en el cual se llevó a cabo la formación de criptografía, se encuentra el monumento de los tres criptólogos. El obelisco triangular, que representa los cuadros de cifrado, es el elemento central del Día de Criptografía celebrado el 25 de enero por la Universidad de Poznań.
Los estudiantes han conseguido reproducir un modelo tridimensional de la máquina por medio del programa Blender. El gobierno regional de Gran Polonia organizó la exposición “Enigma. Descifrar la victoria” que se presentó en Bletchley Park, Bruselas y Roma. Además, se inauguró un juego en línea Codebreakers.eu.

En los últimos días, en relación con el aniversario señalado del éxito de los matemáticos, la estación de radio Merkury de Poznań presentó la idea de un museo que documentaría la historia de la criptografía polaca. Ochenta años después de la guerra, tal vez los héroes olvidados tengan su monumento de conmemoración que sin duda alguna merecen.
Fuente: portal oficial de la República de Polonia
11.01.2013
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