El Papa canonizó a Don Orione, el santo que vivió en argentina

Juan Pablo II canonizando a Don OrioneEl papa Juan Pablo II canonizó hoy al sacerdote italiano Luis Orione, el santo de la transformación social y del compromiso con los pobres que vivió en la Argentina en la década del treinta. La multitudinaria celebración eucarística en la Plaza de San Pedro, a la que asistió una nutrida comitiva argentina, fue seguida desde una pantalla gigante instalada en el cottolengo de la localidad bonaerense de Claypole y en otros puntos del país en los que hubo vigilia para esperar ese momento. "El corazón de este estratega de la caridad fue sin fronteras", destacó el Pontífice al referirse al flamante santo que fue canonizado junto con los italianos Annibale Di Francia, Paola Elisabetta Cerioli, Gianna Berretta Molla, el español José Manyanet y Vives, y el libanés Nimatullah Al-Hardini. Al elevarse en la Plaza de San Pedro la imagen oficial del "padre de los pobres y apóstol de la caridad", la algarabía invadió a los muchos -en su mayoría chicos "con otras capacidades" que son asistidos por los sacerdotes orioninos- que siguieron desde las 5 la ceremonia a través de la transmisión en directo del canal de noticias TN. La fiesta se repitió en Tigre, Mar del Plata, Córdoba, Mendoza, Corrientes y Tucumán. Pero el jubilo mayor fue en el cottolengo de Claypole donde, a pesar de las bajas temperaturas, hubo vigilia, fuegos de artificios y canciones -entre ellas el himno oficial que compuso Ignacio Copani- para esperar el momento en que Juan Pablo II proclamó santo a Don Orione.

Josecito, uno de los 17 chicos argentinos con discapacidad que se encuentran en Roma, logró el miércoles pasado acercarse con la silla de ruedas al Papa y expresarle su cariño mediante un beso, ayudado por el padre Fabio Ianeselli, coordinador de la delegación. "Vinimos en nombre de todos los chicos de los cottolengos de la Argentina, y llevamos al Santo Padre las intenciones de todos los hijos de Don Orione", explicó el religioso de la Pequeña Obra de la Divina Providencia fundada por el santo.

El Papa había aprobado el pasado 7 de julio el decreto en el que se reconocía un segundo milagro atribuido a la intercesión de Don Orione, anticipo que abrió las puertas al honor de los altares de "una de las personalidades más grandes y decisivas del siglo XX", según subrayó entonces la Congregación para la Causa de los Santos.
Al flamante santo se le atribuye haber intercedido para que un italiano -Pierino Penacca, quien de joven lo conoció personalmente, al que se le diagnosticó un tumor en los pulmones, se curara por completo sin una aparente explicación científica.

San Orione visitó por primera vez la Argentina en 1921, cuando fundo la casa de Victoria, y luego regresó en 1934 para quedarse por tres años. El 28 de abril de 1935 coloca la piedra fundamental del Pequeño Cottolengo de Claypole, en cuyo santuario hoy se encuentra su "corazón incorrupto". Tal su promesa al partir a Roma el 24 de agosto de 1937: "Vivo o muerto, regresaré a la Argentina". Por este mismo motivo, y previo a una peregrinación en 1984 por todas las casas que la Obra tiene en el país, en 2000 el relicario con el corazón de Don Orione llegó para quedarse.

Luis Orione nació en Pontecurone (norte de Italia) el 23 de junio de 1872, el cuarto hijo del humilde matrimonio compuesto por Vittorio Orione y Carolina Feltri, y murió el 12 de marzo de 1940, en San Remo (Italia). Consciente que Dios lo llamaba ser sacerdote, pasó por los franciscanos, y más tarde por los salesianos de Turín, donde conoció personalmente a Don Bosco, de quien fue discípulo y extrajo gran parte de su formación religiosa, aunque comprendió que no estaba allí su vocación.
Después entró al seminario de Tortona donde se formó para ser sacerdote en 1895. En esos años fue descubriendo poco a poco lo que Dios le pedía, primero reuniendo a algunos niños de escasos recursos para catequizarlos, y luego ayudándolos a estudiar en un colegio, que fue su primera fundación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia.
Se dedicó particularmente a socorrer a los más necesitados, ya sea aquellos que fueron víctimas de los terremotos, como así también a los abandonados de la sociedad. Su obra de misericordia se ramificó en los cottolengos y hogares para discapacitados, centros para niños en riesgo y abandonados y escuelas.

La familia orionina se extiende hoy por 30 países que mantienen el mismo espíritu de su fundador: "Hacer que todas las cosas tengan a Cristo por cabeza".

Seis nuevos santos
El Papa Juan Pablo II creó el domingo seis nuevos santos, entre ellos una mujer taliana que se ha convertido en un símbolo del movimiento antiaborto por salvar a su hija a costa de su propia vida. Gianna Beretta Molla murió en 1962 a los 39 años, una semana después de haber dado a luz a un saludable bebé. Al inicio de su embarazo, Molla descubrió que tenía un tumor en el útero, pero decidió no seguir un tratamiento contra su enfermedad porque podría haber derivado en un aborto. Fue la primera mujer casada en convertirse en santa en la época moderna, dijeron funcionarios del Vaticano.

"El extremo sacrificio que arrebató su vida es la prueba de que sólo los que tienen el coraje de entregarse totalmente a Dios y sus hermanos pueden realizarse", dijo el Papa ante una multitud de más de 50.000 personas que abarrotaban la Plaza de San Pedro. El esposo de Molla, ahora de 91 años, y sus cuatro hijos, incluida la más pequeña, Gianna Emanuela, también asistieron a la ceremonia. Gianna Emanuela es ahora una doctora especializada en medicina geriátrica.
Poco antes del nacimiento, Molla dijo a sus médicos que la vida del bebé era más importante que la suya propia. "Si hay que tomar una decisión entre mi vida y la del niño, no lo duden. Insisto en que elijan la del niño. Sálvenlo", dijo entonces la mujer. Mientras que para grupos en contra del aborto la decisión de Molla les ha servido de inspiración, algunos detractores se quejan de que la canonización sugiere que la Iglesia valora más la vida de un niño no nacido que el bienestar y la seguridad de las mujeres.

Un santo libanés
Entre los otros nuevos santos estaban Luigi Orione, un sacerdote italiano que murió en 1940 y que cuenta con muchos seguidores por su trabajo por los pobres, y un clérigo libanés del siglo XIX, Nimatullah al Hardini, reconocido por su tolerancia. "En su misión no hizo distinción entre musulmanes, drusos o cristianos", dijo a Radio Vaticano el padre Paolo Azzi, quien promovió su canonización. La ceremonia del domingo elevó a 483 el número de santos proclamados por el Papa Juan Pablo II durante sus 25 años de papado. También ha beatificado a más de 1.320 personas, poniéndolos en sala de espera para una eventual elevación a la santidad.

El Papa, que cumple 84 años el 18 de mayo y parecía encontrarse bien de salud el domingo, ha santificado a personas de todas clases y culturas para subrayar que cualquiera puede llevar una vida santa. Molla fue beatificada hace diez años durante el año internacional de la familia de la Iglesia y su subsiguiente subida a la santidad envía un claro mensaje a los fieles católicos de que el Vaticano sigue firmemente opuesto al aborto.

"Gianna Beretta Molla era una simple pero aún así significativa mensajera del amor divino", dijo el Papa. El mes pasado, un destacado cardenal dijo que se debería negar la comunión en misa a los políticos en favor del aborto.

16.05.2004


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