Se presentó en Roma el nuevo libro del Papa
Reflexiones sobre los totalitarismos
Roma - "Me tocó tener una experiencia personal de las "ideologías del mal". Es algo indeleble en mi memoria", escribe Juan Pablo II en su nuevo libro, "Memoria e identidad, conversaciones entre milenios", que fue presentado ayer a la prensa mundial en el elegante Palazzo Colonna, en una conferencia a la que asistió la flor y nata del establishment italiano, y en la que habló el cardenal alemán Joseph Ratzinger. En su quinta obra literaria, Juan Pablo II reflexiona sobre los grandes totalitarismos del siglo XX -el nazismo y el comunismo-, que vivió en carne propia en su Polonia natal y que define como "ideologías de la prepotencia". Fruto de las conversaciones del verano de 1993 con sus dos amigos filósofos polacos, Jozef Tischner y Krizysztof Michalski, en Castelgandolfo, en "Memoria e identidad" el Papa habla de la cuestión del mal y de su origen.
"El mal no viene del ser mismo, sino de la voluntad", escribe, y, en un aspecto fundamental, como subrayó el cardenal Ratzinger, destaca que éste tiene un límite, que tiene que ver con la voluntad de Dios y la bondad original del hombre. "En nuestros tiempos el mal se ha desarrollado desmedidamente", dice el Papa. "Pero no hay mal del cual Dios no pueda extraer un bien más grande", afirma con esperanza en este libro que sale a la venta hoy en Italia editado por Rizzoli, pero que tendrá 14 ediciones en 11 idiomas y que este fin de semana llegará a la Argentina y al resto de Iberoamérica.
Al meditar sobre la democracia y la libertad, condena muy duramente el aborto, que define como "un exterminio legal de seres concebidos y aún no nacidos", aunque no compara esta práctica con el Holocausto, como se anticipó en forma errónea.
"El Papa no pone en el mismo plano el Holocausto y el aborto, sino que llama la atención sobre las tentaciones permanentes de la humanidad, que no es inmune al peligro del mal, aun viviendo en sistemas liberales", aclaró Ratzinger. La comunidad judía alemana había puesto el grito en el cielo ante esa supuesta comparación.
De 227 páginas y 26 capítulos, en "Memoria e identidad" el Papa por primera vez revela qué sintió tras haber sufrido el atentado del 13 de mayo de 1981. Lo hace en el último capítulo, un epílogo en el cual discurre, además, sobre temas actuales, como el terrorismo. Menciona los atentados a Nueva York en 2001; el atentado en la estación de Atocha en Madrid, y la masacre de Beslan, en Osetia, ambos en 2004.
"¿Dónde nos llevarán todas estas erupciones de violencia?", se pregunta el Pontífice, que, de todos modos, invita a tener esperanza en el futuro. "Cada sufrimiento, cada dolor, cada enfermedad, encierra una promesa de salvación, una promesa de alegría (...). Esto vale por cualquier sufrimiento provocado por el mal; vale también por ese enorme mal social y político que hoy trastorna al mundo: el mal de las guerras, de la opresión de los individuos y de los pueblos; el mal de la injusticia social, de la dignidad humana pisoteada, de la discriminación social y religiosa; el mal de la violencia, del terrorismo, de la carrera armamentista. Todo este mal existe en el mundo también para despertar en nosotros el amor, que es don de uno mismo en el servicio generoso y desinteresado a quien sufre."
Por Elisabetta Piqué
Corresponsal en Italia
La Nación , Buenos Aires
23.02.2005
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