Proponen llamar Juan Pablo II a la calle Arroyo

Proyecto presentado en la Legislatura

Si el proyecto prospera, los nostálgicos ya no podrán darse cita en el codo de Arroyo. Y aquellos que quieran evocar esas noches de Mau Mau, deberán referirse a la boite que estaba en la calle Juan Pablo II, entre Suipacha y Arenales.

Ocurre que en la Legislatura porteña se impulsa un proyecto de ley para cambiarle el nombre a la calle Arroyo, en toda su extensión, por el del último Papa.

La iniciativa corresponde al legislador Daniel Amoroso, que pertenece al bloque Juntos por Buenos Aires y que es secretario general del Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar. Fue presentado ayer y ya cuenta con el apoyo de once diputados, entre ellos, del vicepresidente primero del cuerpo, Santiago De Estrada y del legislador Jorge Enríquez. También, manifestaron su adhesión Alejandro Rabinovich (ARI) y Rodrigo Herrera Bravo (Frente Compromiso para el Cambio).

Lo cierto es que más allá de las voluntades políticas, existen distintas trabas para que el proyecto altere la nomenclatura de la zona más coqueta de Buenos Aires.

Por un lado, debería modificarse el artículo 5° de la ley 83 de la ciudad, que establece que "en ningún caso deberán designarse calles o lugares públicos con nombres de personas antes de haber transcurrido diez años de su muerte, su desaparición forzada o de haber sucedido los hechos históricos que se trata de honrar". La propuesta de Amoroso, según dijo a La Nación -, es que se vote una excepción a ese artículo.

Aun así para cambiarle el nombre a la calle de las galerías y el arte, una de las más emblemáticas de la noche porteña, el proyecto deberá pasar por una audiencia pública en la que los vecinos puedan expresar si quieren o no vivir en la calle Juan Pablo II. Por tratarse de un cambio de nomenclatura, el proyecto deberá pasar dos veces por el recinto para convertirse en ley.

"Si repasamos las características de Juan Pablo II vemos que ese mismo espíritu pacificador es el que refleja el recorrido de la calle Arroyo", dijo el legislador.

Los fundamentos del proyecto señalan: "La calle Arroyo nace en la embajada de Francia, pueblo comprometido en toda su historia con la libertad y los derechos humanos; atraviesa la avenida 9 de Julio, lugar donde se realizó la mayor concentración del pueblo argentino por la paz y el "no a la guerra" con el hermano pueblo de Chile; continúa frente a lo que fue la embajada de Israel y, aquí no podemos omitir, el reconocimiento de Juan Pablo II como el gran promotor de la reconciliación entre los pueblos judíos y católicos".

No es la primera vez que un proyecto de cambio de nomenclatura causa controversia. Primero fue el intento por bautizar Rosas a la avenida Sarmiento. Y el año último, de llamar Che Guevara a la avenida Cantilo.

Por Evangelina Himitian
De la Redacción de La Nación

Cambio de nombre
El diputado Daniel Amoroso considera que hay puntos de contacto entre el trazo de la calle Arroyo y la trayectoria de Juan Pablo II.

Para que el proyecto prospere, la Legislatura deberá aprobar una excepción a la ley de nomenclatura que prohíbe que se bautice una calle con el nombre de una persona antes de que hayan pasado diez años de su fallecimiento.

Los cambios de nombre deben recibir un tratamiento como leyes de doble lectura: una vez conseguida la aprobación, debe ser sometida a una audiencia pública abierta a los vecinos.

La Nación , Buenos Aires
30.03.2006


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