Calle Arroyo: estudian llamarla Juan Pablo II

Los vecinos no quieren otro nombre

El circuito de galerías porteñas que tiene como eje central a la calle Arroyo, el hotel Sofitel Buenos Aires; los bares, comercios y todos los vecinos que viven sobre estas cuatro cuadras -tal vez uno de los corredores más elegantes de la ciudad-, podrían llegar a tener que olvidar su dirección actual y acostumbrarse a un nuevo domicilio.

De aprobarse un proyecto de ley presentado anteayer en la Legislatura porteña, Arroyo se convertirá en Juan Pablo II. Pero consultada por L a Nación , la mayoría de los vecinos coincidió en su oposición al proyecto. "¿Tenía que ser justo Arroyo?" -inquirió María Bustos Fernández ante la noticia-. No me parece bien, y menos a una calle con tanta identidad y tradición como Arroyo."

"¿Y qué nombre le quieren poner?", fue la pregunta inmediata de todos los vecinos sorprendidos por la iniciativa. "Por supuesto que el último Papa merece un reconocimiento, pero es un disparate que le quieran cambiar el nombre a Arroyo -dijo una señora al salir de misa en Mater Admirabilis, que prefirió no revelar su nombre-. Además, por ejemplo, hay gente que todavía no sabe que Libertad y Arroyo se cortan, así que imaginate si ahora al taxista tengo que decirle que voy a Libertad y Juan Pablo II. Va a pensar que estoy loca."

Discusión en la Legislatura
La iniciativa, impulsada por el diputado Daniel Amoroso, que pertenece al bloque Juntos por Buenos Aires, comenzó también a generar controversias políticas. En el recinto de la Legislatura porteña se escucharon otras voces que se oponen a la propuesta de cambiarle el nombre a la calle Arroyo.

"Hay una ley que establece que en ningún caso deberán designarse calles o lugares públicos con nombres de personas antes de haber transcurrido diez años de su muerte, y las leyes deben ser cumplidas -dijo el diputado Enrique Olivera (ARI)-. En el living de mi casa tengo una foto de Juan Pablo II y creo que es una personalidad universalmente querida y que merece reconocimiento, pero hacer votar una excepción [a la ley] es sentar un mal precedente."

Por su parte, Jorge Enríquez (Juntos por Buenos Aires), que adhiere al proyecto de Amoroso, afirmó: "Como regla general, estoy en contra de cambiar los nombres de calles y avenidas de la ciudad, pero cuando existen razones de peso para homenajear a alguien es factible hacer una excepción. Los nombres son importantes, pero sería pecar de un exacerbado nominalismo rasgarse las vestiduras por ellos, como si en sí mismos encerraran la esencia de lo que designan".

Por Soledad Vallejos
De la Redacción de La Nación

Opinan los vecinos
Daniel San Pedro
"No apoyo la iniciativa. Existe una cuestión de historia y tradición detrás de un nombre, y considero que estos cambios sólo generan confusión."

Juan Patricio Furlong
"Lo han hecho tantas veces y sin ningún tipo de criterio que, en esta oportunidad y teniendo en cuenta que se trata de Juan Pablo II, parece una buena idea."

Mariana Araujo
"Me parece perfecto que se lo recuerde al último Papa, pero no creo que Arroyo sea la calle más indicada. Para eso se podría buscar un nuevo espacio público."

La Nación , Buenos Aires
31.03.2006


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