Febrero:
Oczepiny, La cofia de la novia
En la mayor parte de Europa, las mujeres solteras usaban el cabello muy largo y adornado con cintas de colores o con coronitas de flores en ocasiones especiales. En Polonia se contraía matrimonio a muy corta edad y era una vergüenza que una joven no hablara de su casamiento en los días de gromniczna (2 de febrero, la candelaria).
Los padres tenían muchas y muy variadas maneras de dar conocer que su hogar vivía una joven soltera y en edad de contraer matrimonio. En la región de Cracovia pintaban sus casas de color azul. En otras regiones salpicaban las paredes del frente con lavandina, razón por la cual se las llamaba “casas tordillas”. En la región de los montes Tatras colocaban una corona en la puerta y en Kurpie decoraban el cerco y la entrada con flores.
Oczepiny es una de las ceremonias importantes dentro de todo el ritual de la boda. En el pasado, esta costumbre se llevaba adelante el segundo día de celebraciones de la boda. La novia recibía la cofia o pañuelo (czepiec) sobre su cabeza en lugar de las cintas y coronitas (“wianek”).
En algunas regiones, primero el novio, o el varón más joven de la familia de la novia, le cortaban el largo cabello que había lucido hasta entonces. La ceremonia estaba acompañada por distintos actos mágicos. Por ejemplo, la novia era sentada sobre un amasijo cubierto por una piel de cordero porque le garantizaría abundancia y prosperidad a la nueva familia. Por entonces, sólo las mujeres casadas mayores estaban autorizadas a cantar una vieja canción del siglo XV que también le proporcionaría abundancia. Luego colocaban la cofia sobre su cabeza y era nombrada miembro del círculo de mujeres casadas.
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