18 días que estremecieron al mundo (2º parte)
Primeras conversaciones
23-26 de agosto
El 23 de agosto en el Astillero de Gdansk los obreros y los representantes del poder se encuentran cara a cara.
Para el poder estas conversaciones son un choque. Los representantes del comité de huelga son concretos y críticos, dicen lo que piensan con una voz decidida, aunque sin agresividad.
Lech Walesa: “Tengo la sensación de que hay algo raro en el pilotaje, en la dirección, en la comprobación. Soy un obrero, pero así me parece.”
Mieczyslaw Jagielski: “Estoy de acuerdo. Hay algo raro. Tened confianza en mí: en este asunto se pronunciará el Comité Central en el próximo pleno”.
Lech Walesa: “Nosotros le dictaremos. Una de las soluciones es seguro lo que proponemos: un sindicato profesional libre, fuerte y activo, como lo desea el mundo del trabajo”.
Al día siguiente Jagielski relató ante la dirección del partido en Varsovia: “La estrategia de ellos es la de alargar la huelga a cualquier precio, y ganar. Ante a puerta del Astillero está una muchedumbre potente, agresiva (...). Es difícil conversar, nos difaman y humillan (...) ¿Cuánto tiempo piensan hacer huelga?, no sé. Aumenta la masa de manifestantes ante la puerta (del astillero)”.
El 26 de agosto se celebró una segunda ronda de conversaciones con la Comisión Gubernamental. Jagielski habló de una renovación de los viejos sindicatos, pero Walesa, de la necesidad de la creación de otros nuevos, con credibilidad para los obreros. Tras esta conversación Jagielski afirmó: “Durante las conversaciones, por parte de ellos el núcleo de la cuestión se dirigía a preguntas básicas sobre si aceptamos un sindicato profesional libre, autónomo. Hoy todavía preguntan, pero mañana pueden no preguntar. El tiempo juega en nuestra contra.” La dirección del Partido Comunista no aceptó la creación de un sindicato autónomo libre. Pero todavía subrayó la necesidad de actuar con métodos únicamente políticos, sin empleo de la fuerza. También con más frecuencia apareció la opinión de que los obreros tienen motivos para su queja.
Gente tras la puerta de entrada
Aquella muchedumbre delante de la puerta de entrada del astillero era como un escudo defensivo (...) Aquella puerta no separaba sino unía a la gente.
Wojciech Adamiecki, periodista
Acercarse al astillero era una especie de deber cívico. En las inmediaciones de la estación de ferrocarril fui testigo de una conversación entre marido y mujer.
Ella dice: Vamos hacia el astillero.
Él contesta: Yo no voy. ¿Con ese gentío dónde te vas a meter con el niño?
-Estamos en Gdansk, tenemos que acercarnos al astillero.
-¿Qué consigues con estar allí apretada?
-Pero tú estás loco, si es su deber acercarte al astillero y estar allí un rato...
Ewa Junczyk (periodista)
El peligro de pacificación
27-28 de agosto
Ante el impás causado por la falta de permiso de las autoridades para formar un sindicato libre, la perseverancia se convirtió en principal tarea de los huelguistas. En el grupo especial del ministerio del interior se elabora el plan “bloqueo del astillero de Gdansk por las unidades ZOMO (milicia ciudadana de asalto) con un ultimátum a la vez para que los restos de la plantilla que quedan allí abandonen el lugar”. Pero la dirección del partido rechazó esta propuesta: “la entrada al astillero por la fuerza es irreal, no daría nada, y podría conducir al derramamiento de sangre”.
El 28 de agosto la comisión gubernamental vuelve nuevamente al Astillero de Gdansk para hablar sobre otras reivindicaciones, entre ellas de la limitación de la censura y el cese de las represiones políticas. Ese mismo día la Fiscalía General pidió una investigación y el arresto temporal de los “organizadores destacados de las actividades antisocialistas en el país”.
El 28 de agosto una comisión especial soviética para asuntos de Polonia afirmaba: “Teniendo en cuenta la actual situación, el ministerio de Defensa solicita permiso para colocar en estado de alerta en primer lugar tres divisiones de carros blindados y una división mecanizada para las 18.00 horas del 29 de agosto, al objeto de formar un grupo de tropas para ayudar a Polonia en caso de necesidad”. La Comisión subrayó que si el ejército polaco “se pasara al lado contrarrevolucionario”, harían falta necesariamente más divisiones.
El 29 de agosto al astillero llega la noticia sobre el planeado ataque. Pero la noche pasa tranquila.
Le sigue una crisis. Las huelgas se extienden prácticamente a toda Polonia, incluidas las minas de Alta Silesia. Ante el peligro de una huelga general, las autoridades se deciden por el compromiso. Informan de ello a la parte soviética. El 30 de agosto en el V pleno del partido se adopta la decisión de firmar un acuerdo.
El emblema de “Solidaridad”
Yo pensaba en alguna forma gráfica que levantase el ánimo a los obreros en huelga. Quería crear un símbolo, un signo expresivo.(...) El concepto partía de la siguiente analogía: de la misma manera como en una apretada muchedumbre la gente se apoya solidariamente el uno en el otro (...), las letras de esta palabra deberían sostenerse mutuamente. Yo añadí la bandera nacional porque quería la conciencia de que no se trataba ya de un asunto de un círculo reducido, sino que era general.
Quería darle el último toque a esta idea antes de que llegara la Comisión Nacional para que ellos también sintieran que es así.
Jerzy Janiszewski, autor del emblema de Solidaridad
Negociaciones políticas con el poder
Durante la huelga en el astillero los papeles más importantes los asumieron personas que con frecuencia tenían ideas extremadamente opuestas, que preferían diferentes maneras de lucha contra el comunismo. Pese a estas diferencias sabíamos escucharnos mutuamente y hablarnos para llegar a cierto consenso. (...) Al exterior presentábamos una postura acordada entre obreros, intelectuales, y activistas de la oposición, es decir, precisamente de solidaridad. El respetarnos mutuamente evitó que las autoridades pudieran manipularnos enemistando a unos contra otros. Precisamente esa actitud nos ayudó a ganar aquella huelga.
Alina Pienkowska
Miembro de la Comisión Interfábricas de Solidaridad
El acuerdo social
31 de agosto
Los huelguistas del Astillero de Gdansk luchan hasta el final por los presos de la oposición política. Su liberación es la condición para el fin de la huelga. Condición que fue cumplida por las autoridades.
Lech Walesa: “Otra vez quería agradecer al señor primer Ministro y a todos los que nos han permitido la resolución de las cosas por la fuerza, el que realmente nos hayamos entendido como polacos, sin el uso de la fuerza. (...)
Hemos logrado todo lo que en la actual situación se podía obtener. El resto también lo lograremos porque tenemos lo más importante: nuestro sindicato libre y autónomo. Esta es nuestra garantía para el futuro. (...) Doy por terminada la huelga.”
Miczyslaw Jagieslki: “No hay ni vencedores ni vencidos. No hay ni derrotados ni victoriosos. (...) Os digo que: nos hemos entendido”.
Los acuerdos de Gdansk eran la primera brecha en el bloque comunista. Queda aceptada la creación de un nuevo sindicato autónomo que deberá respetar “los principios reflejados en la Constitución de la República Popular de Polonia”. Además se convino en que el gobierno elevará al parlamento un nuevo proyecto de ley sobre la censura, que contemple el derecho de denunciar ante un tribunal su decisión, lo que en la práctica significaba su limitación. El gobierno garantizó el derecho de los trabajadores a la huelga, se comprometió a una revisión de las sentencias en los procesos políticos, y a la admisión al trabajo de personas injustamente despedidas.
La declaración de Walesa, anunciada en una televisión censurada, causó en la gente la sensación de liberación. Día a día el país cambiaba de semblante.
Epílogo
El Comité de Huelgas Interfábricas (MKS) de Gdansk se transformó en el Comité Fundacional Interfábricas del nuevo sindicato. El 10 de noviembre de 1980 el Sindicato Independiente Autogestionario “Solidaridad” se registró como un sindicato legal. Comenzó el período de democratización dentro de un régimen no democrático, aunque el entusiasmo social quedó frenado por la creciente crisis económica.
El 13 de diciembre de 1981 el general Jaruzelski, a la cabeza del partido gobernante, implantó la ley marcial cortando de una manera brutal el proceso de democratización. Quedaron en suspenso todas las estructuras sociales, se ilegalizó “Solidaridad”, y sus activistas pasaron a la clandestinidad. Tadeusz Mazowieski: Después de agosto del 80 fue uno de los cofundadores de “Solidaridad”. Arrestado durante la ley marcial. Ya en libertad, representó a la oposición en los contactos con el extranjero. Jugó un papel importante en las negociaciones de la “mesa redonda” con la parte gubernamental. El 24 de agosto fue nombrado por el Parlamento para el cargo de primer Ministro, como el primer jefe de gobierno no comunista de Europa del Este.
Lech Walesa: Presidente del sindicato laboral “Solidaridad”. Arrestado durante la ley marcial. Tras ser liberado en noviembre de 1982 ocupó la jefatura de “Solidaridad” clandestina. En 1983 recibió el Premio Nobel de la Paz. Tras las huelgas de 1988, comenzó las negociaciones con el gobierno que condujeron a la formación de la “mesa redonda”. El 22 de diciembre de 1990 se convirtió en el primer presidente democrático de Polonia. La insignia del poder presidencial la recibió del gobierno polaco en el exilio, que conservó la continuidad de la autoridad antes del comunismo.
Bronislaw Geremek: Consejero de “Solidaridad”, coautor del programa “La República autónoma”. Arrestado durante la ley marcial y después detenido. En 1989 fue uno de los artífices de los acuerdos de la “mesa redonda”, y diputado al Congreso por “Solidaridad”. Desde 1991 fue uno de los líderes del partido Unión Democrática (UD), que se transformó desde 1997 en Unión de la Libertad (UW). Como ministro de Asuntos Exteriores (1997-2000) firmó en marzo de 1999 el documento de acceso de Polonia a la OTAN.
Fuente: Exposición del Centro Karta, bajo los auspicios del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Polonia.
El Centro Karta es una organización no gubernamental, independiente, que se ocupa de la documentación y divulgación de la historia de Polonia y de centro-este de Europa del siglo XX a través de publicaciones, concursos, conferencias y exposiciones.
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