Los líderes de la Unión Europea mantienen sus diferencias tras la primera jornada de contactos
Londres y Varsovia siguen poniendo en aprietos a Merkel al mantenerse firmes en sus posiciones
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea no han logrado superar sus diferencias durante la primera reunión sobre el nuevo Tratado simplificado que debe sustituir a la fallida Constitución. El debate se ha celebrado durante la cena y, aunque todos ellos han mostrado voluntad de compromiso, cada uno se ha atrincherado en sus posiciones de partida sin hacer concesiones. "No son malas noticias. La voluntad de acuerdo estaba ahí, nadie dijo que no quiera alcanzar un acuerdo mañana (por hoy) pero hay varias cuestiones abiertas, algunas de ellas bastante complicadas", ha indicado tras la cena la canciller alemana, Angela Merkel, quien ha añadido que "será necesario que las posiciones mayoritarias y los deseos individuales se equilibren. La canciller ha anunciado que tiene intención de convocar una reunión plenaria a la hora del almuerzo, aunque tampoco se descarta que decida suspender el Consejo y lo reanude nuevamente el sábado si cree que así se cerrará el largo debate europeo sobre su reforma institucional.
Resistencia del Reino Unido y Polonia
En la primera jornada de trabajos, Londres y Varsovia seguían poniendo en aprietos a Merkel al mantenerse firmes en sus posiciones y, aunque la cena de trabajo celebrada esta noche se ha celebrado en un ambiente "amistoso y abierto".
El Reino Unido no renuncia de momento a sus líneas rojas, esto es, la primacía del derecho británico sobre el comunitario, a su negativa a un ministro de Exteriores europeos que merme la política exterior británica, a no modificar su legislación en temas de Justicia e Interior y su rechazo a reducir los ámbitos en los que un Estado miembro podrá imponer su veto.
Polonia, mientras, insiste en cuestionar el sistema de reparto de poder establecido en la fallida Constitución y que permanece inalterada en la actual propuesta alemana. Es precisamente este país al que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha apuntado como el principal obstáculo para lograr un acuerdo para la reforma de los tratados de la UE y ha visto más cerca el consenso con el Reino Unido y Holanda. "Excepto Polonia", ha dicho el presidente francés, todos han señalaron que "hay que ir deprisa" en la negociación del nuevo texto.
Sarkozy se ha referido a la sintonía entre las posiciones que defienden Francia y España. En su reunión con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodriguez Zapatero y con el primer ministro italiano, Romano Prodi, se comprometieron además a ayudar a la canciller alemana a buscar "fórmulas" para acomodar a los países escépticos, siempre que "no pongan en tela de juicio" los aspectos centrales del compromiso alemán
La Rioja
22.06.2007
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