Kieslowski y los cineclubes
En las cinematecas y cineclubes que se especializan en el “cine de autor” Kieslowski está presente con casi toda su producción para la alegría y disfrute de los cinéfilos. En los videoclubes “comerciales” podemos encontrar “La doble vida de Verónica”, “Tres colores: Azul, Blanco y Rojo” y “Una historia de amor”.
El mismo Kieslowski valoró el papel que juegan los cineclubes. Su película “El amateur” es una historia sobre el desarrollo del cine dentro del individuo, de cómo aparece casi por accidente a partir de una búsqueda de las imágenes en movimiento como mecanismo de memoria personal y familiar. Filip Mosz (Jerzy Stuhr) compra una cámara de super 8 para grabar a su hija recién nacida y allí comienza su aventura. El proyecto inicial, un diario familiar íntimo, poco a poco va dejando de ser una afición para convertirse en una parte significativa de la vida del personaje. En principio sólo quiere mostrar “lo que está ahí”, pero poco a poco irá construyendo un discurso cinematográfico propio y descubrirá que el cine es un lenguaje. Su consigna será mostrar las cosas que pasan en la vida real aunque esto lo enfrente con el director de la empresa en la que trabaja. Este hombre no sólo es su jefe sino que también es quien lo animó a filmar acontecimientos sociales fuera de su ámbito familiar y financió sus producciones. A partir de esa relación la película nos propone un ambiente en donde el cine debe luchar por abrirse un espacio dentro del control que ejercen los productores, en este caso el director de la empresa, lucha que se configura a la vez como una búsqueda de una expresión personal que hoy llamaríamos “cine de autor” y una oposición a los intentos de control de parte del poder.
Kieslowski compone un ambiente de producción cinematográfica asociado al mundo de la fábrica y del trabajo, en medio de un pequeño pueblo de Polonia a finales de los años 70, donde el Estado construía grandes urbanizaciones y complejos sistemas industriales. En “El amateur” son bastante significativas las presentaciones de cine que se hacen en público. Una de ellas es la entrega de premios del Festival en donde los jurados discuten el veredicto abiertamente y el cine se convierte en un problema de discusión pública. Allí Kieslowski aprovecha para hacer una crítica de ciertos personajes comunes en todos los ambientes del cine. Igualmente relevante es la aparición de Krzysztof Zanussi, amigo muy apreciado por Kieslowski. Filip asiste a la presentación de una de sus películas y lo invita a que haga lo mismo en el cineclub que tienen en su pueblo. Zanussi acepta y en la presentación que hace en este cineclub los vemos entablando una discusión con los participantes luego de la presentación de la película. Este es un sencillo homenaje de Kieslowski no sólo a la obra y figura de Zanussi sino al cineclubismo y el papel que juega éste en la difusión del cine especialmente en las pequeñas y alejadas comunidades. Kieslowski parece conocer bien esos lugares donde el cine no sólo va a verse sino también a discutirse y a establecer las condiciones necesarias para crearse.
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